El presidente Donald Trump ha iniciado la construcción de un ambicioso salón de baile en la Casa Blanca, con un costo estimado de 250 millones de dólares financiados mediante donaciones privadas. A pesar de haber prometido no alterar la estructura existente del edificio histórico, las obras comenzaron el lunes con la demolición de la fachada del ala este, donde tradicionalmente se ubicaban las oficinas de la primera dama.
El nuevo espacio, que abarcará más de 8.000 metros cuadrados, tendrá capacidad para casi mil personas y será completamente independiente de la estructura principal. Trump justificó el proyecto como un sueño de más de 150 años entre los presidentes estadounidenses, asegurando que no representará costos para los contribuyentes gracias al apoyo de empresas como Google, Meta y Apple, además de donantes privados.
Esta no es la primera modificación que Trump realiza en la Casa Blanca durante su segundo mandato. Previamente transformó la Rosaleda en un espacio con mobiliario exterior y ha decorado el Despacho Oval con acabados dorados. El ala este, construida en 1942, será significativamente alterada para dar paso a este proyecto que el presidente considera “muy necesario” para albergar grandes eventos de Estado y recepciones oficiales.














