Las autoridades de transporte de Corea del Sur han anunciado una serie de modificaciones sustanciales en sus instalaciones aeroportuarias, tras el trágico accidente aéreo ocurrido el pasado diciembre que dejó 179 víctimas fatales.
La medida más significativa incluye la remoción completa de la estructura de hormigón que albergaba el Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (ILS) en el aeropuerto internacional de Muan. Los expertos señalan que esta estructura pudo haber contribuido a incrementar la gravedad del accidente del vuelo 7C2216.
El plan de modificaciones contempla intervenciones en siete aeropuertos del país, donde se implementarán nuevos cimientos y adaptaciones para los sistemas de antenas de navegación. Las nuevas instalaciones serán diseñadas a nivel del suelo o con estructuras frangibles, priorizando la seguridad en caso de incidentes.
Paralelamente, las autoridades han determinado la ampliación de las áreas de seguridad posteriores a las pistas hasta alcanzar los 240 metros de longitud, cumpliendo así con los estándares internacionales de seguridad aeroportuaria. Esta decisión surge tras observar que la zona de seguridad en Muan solo alcanzaba los 200 metros.
Mientras continúan las investigaciones sobre las causas del accidente, que incluyen la posibilidad de impactos con aves, las operaciones en el aeropuerto de Muan permanecerán suspendidas hasta mediados de abril, permitiendo la implementación de las modificaciones anunciadas.
El siniestro, que constituye el accidente aéreo más grave en la historia reciente de Corea del Sur, ha desencadenado una revisión exhaustiva de los protocolos y la infraestructura de seguridad en todas las terminales aéreas del país.